Durante el recorrido misionero del Rev. David Echalar, Dios uso las vidas de dos familias que abrieron sus hogares para que puedan efectuar cultos familiares y poder seguir sembrando la palabra del Señor en las ciudades de Pésaro y Pescara.
El Señor obro de manera maravillosa, al abrir dos grandes puertas en las ciudades de Pésaro y Pescara en donde se pudieron reunir dos grupos hermosos de amigos y hermanos, que se dieron cita para levantar clamor y adoración al Señor.
La semilla fue sembranda, confiando que Dios terminará la obra que inicio en estos lugares, la obra del Movimiento Misionero Mundial sigue avanzando a pasos firmes agarrados de la mano del poderoso gigante.